- Cristina, por favor, ¡no llores! –Intentaba consolarme Clara, mi amiga desde siempre. - Llegó el comunicado a mi casa. Debo irme. –Dije, entre lágrimas. - Puede que haya un error…-Dijo, llena de esperanza. - No lo hay. –Apenada, saqué el comunicado del bolso.- Aquí pone claramente Cristina. –Dije entre llantos. - Dame un abrazo.
No se lo negué. Realmente lo necesitaba. Ella me miró, con sus preciosos ojos azules, ahora cuajados de lágrimas.
- Y, ¿con quién irás? - Iris, Adrián y Carlos. –Dije, un poco más tranquilizada. - Pero falta una chica, ¿cierto? Creí que iban tres chicas y dos chicos. - Así es. Aún falta una. Puede ser voluntaria, pero si no aparece ninguna voluntaria antes de mañana, enviarán un comunicado a una casa aleatoria, que será lo más probable.
Clara miró su reloj, que marcaban las nueve de la noche.
- ¡Tengo que irme! Lo siento. Todo saldrá bien, ya verás. - Gracias, Clara. Hasta mañana.
Mi amiga se fue de mi habitación con cierto aire en su rostro preocupado, pero también se mostraba feliz. Me dispuse a descansar sin haber cenado, estaba completamente desganada. Mañana, que era domingo, tenía que ir a una reunión, así que decidí estar interiormente preparada, y antes de dormir, me intenté convencer de que puede que fuera mi fin, puede que no, pero ojalá que todo saliera bien el no muy esperado día.
Domingo, 8 de Mayo
Tras una noche sin dormir, con notables ojeras y con un sueño impresionante, me levanté a las nueve menos veinte de la mañana. Me arreglé y me maquillé intentando tapar mis ojeras, y con la cara notablemente más presentable, fui a pie hacia el instituto. Cuando llegué a la sala correspondiente de la reunión, estaban allí los que salieron victoriosos en la primera edición de esta estúpida batalla. Para mi sorpresa, estaba allí Clara.
- ¿Clara? ¿Qué haces aquí? Esto es solo para los que tienen que ir a la batalla. - Así es. –Me respondió, con una sonrisa. - Así es, ¿qué? - Me presenté para venir. - ¡CLARA! ¿Estás loca?
Sin poder disimular que estaba contenta de que estuviera allí, le di un fuerte abrazo.
- Silencio, por favor. Adelante, podéis presentaros. –Dijo el director dándole la palabra a los chicos que el año pasado consiguieron la victoria de nuestro instituto. - Yo soy Natalia, ella es Sasha, ella Aitana y aquella chica Nuria. Aquellos chicos de allí son Mike y Carlos. - Lo primero, buenos días a todos. –Dijo Nuria.- Anteriormente, yo no formaba parte de NorthHigh, era de SouthHigh. Pero en el campo de batalla descubrí que quería que NorthHigh ganara, y me uní a ellos. SouthHigh, en el fondo, es como si tuvieran un espíritu maligno, quieren ir a jugar para matar sin compasión.
Iris dio un golpe en la mesa mientras se levantaba bruscamente.
- ¿Y QUÉ SE SUPONE QUE HAREMOS ALLÍ?
El director cogió aire.
- Verás, desde tiempos inmemorables, SouthHigh y NorthHigh están enfrentados. Debéis ir a un campo de batalla, donde os enseñarán tácticas de…Matar. - ¿Matar? Por favor, director, déjese de bromas. - No es una broma. Mucha suerte.
El año pasado hice la primera historia sobre esto. Si a alguien le interesa leerla, está aquí:
Hola! ^^ Antes de incluirme como Adrián, (esto ya me incluye, no) tengo que decirte un par de cosas :3. En mi opinión, la otra historia fue demasiado rápida. Te comentaré cada capitulo de esta para que veas los errores(Almenos por mi parte) y también me pareció extraño que todo el mundo se uniese a el equipo de "Los buenos". No se :/.
¡Muchas gracias por comentar! Estaba a punto de cerrar la historia. Si, la otra fue demasiado rápida, pero fue de hace bastante tiempo si te fijas en la fecha. Antes en el foro no había un nivel tan alto de "exigencia" con respecto a la escritura de historias, y me parecía mejor hacerla así. No hice esta historia teniendo algo que ver con la forma de escritura de la otra, esta será más currada y mejor, o eso espero. Sólo hice la segunda temporada porque iba a ir de lo mismo.
Registrado: 16/Ago/2012, 01:14 Ubicación: En alguna parte del mundo.
Está historia tiene buen futuro y trama. Me he leído la primera temporada y me ha encantado. El final se veía venir pero estuvo muy emotivo. Así que me uno como Iris sí no hay ningún problema. Espero que se una gente a una de las historias que te dejan intriga. Un saludo y sí puedes sigue pronto.
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How do you know I'm breathing When I'm holding my breath? Why don't we face the danger Just for the night and forget? Baby, let's just forget
Sin comerlo ni beberlo, aparecimos en lo que parecía ser un bosque en el que estaba anocheciendo, todos alrededor de una inmensa hoguera. Escuchamos una voz dulce, que, de algún modo, nos resultaba familiar a todos.
- Buenas noches. –Dijo una chica vestida de un extraño uniforme. – Mi nombre es Arianne, y vengo aquí para ayudaros. Seré vuestra entrenadora, por llamarlo de algún modo.
Miré a Clara. Tenía un rostro notablemente preocupado, al igual que todos mis compañeros. Arianne, al vernos, siguió explicando, para no continuar más con ese silencio tan incómodo.
- Bueno…Como todos sabréis, habrá dos campos de batalla por el que pasaréis: Tradicional y renovado.
Todos mis compañeros intercambiaron miradas. Nadie sabía de lo que estaba hablando.
- Ay, señor, otra vez me toca explicarlo…-Dijo Arianne en voz baja.- Veréis, os enfrentaréis en dos campos de batalla: Tradicional y renovado. Empezaremos por el renovado. Os trasladaremos a las más impresionantes calles de Nueva York para entrenaros un poco a los dos equipos. - Espere, espere. –Interrumpió Clara.- ¿NUEVA YORK?
Su sueño era ir allí. Me había hablado muchísimas veces de ello.
- Pues sí, así es…Pero será como un juego. Vosotros seréis armados con pistolas y con una vestimenta negra. Tendréis que ir a por vuestros oponentes, que serán, obviamente, a los que debéis disparar. En cuanto un equipo acabe con el otro, ganará. Pero como eso es una fase de prueba, volveréis o volverán a la vida, depende de quién pierda, para así poder llevar a cabo el enfrentamiento final, que se jugará en este bosque.
Carlos, sorprendido, dijo:
- Una pregunta, Arianne. - Claro, Carlos, ¿qué pasa? - ¿TENDREMOS METRALLETAS? –Dijo, entusiasmado. - ¡Claro que no! –Dijo Arianne, enfadada.- Eso sería demasiado peligroso.
Yo, indignada, me levanté de repente del tronco en el que estábamos sentados, y chillé:
- YA PUESTOS A EVITAR LO PELIGROSO, ¿QUÉ MIERDA HACEMOS AQUÍ? - No lo sé. Pregúnteselo al director. –Contestó Arianne, muy tranquila.-
Indignada, cogí una de las tiendas de campaña que había e inmediatamente me dormí. No podía más. Todos mis compañeros hicieron lo mismo: Definitivamente, a nadie le gustaba la idea.
Lunes, 9 de mayo
A la mañana siguiente, amanecí en un hotel de lujo. O, al menos, en el mejor hotel donde yo había estado nunca. Observando cada uno de los rincones de la habitación, abrí el armario. Para mi sorpresa, estaba lleno. Lleno de ropa negra, gorras negras, zapatos negros, e incluso maquillaje, pulseras y coletas negras.
Cuando me vestí con la vestimenta adecuada, salí de la habitación, y había un hombre esperándome, justo en la puerta. Llevaba una pistola en un cojín, y había una nota que ponía “Para Cristina”. Insegura, la cogí. Le dediqué una sonrisa (no muy sincera, todo hay que decirlo) y bajé las escaleras hacia la recepción del hotel. Allí estaba Arianne, junto con el resto del equipo.
- Al fin terminaste. –Dijo Arianne, con tono serio.- Hoy será el primer día. Sólo tenéis que andar por las calles de Nueva York, nada más. Eso sí, si os encontráis a un grupo de tres chicas y dos chicos, como vosotros, debéis intentad…Bueno, ya sabéis. Matarlos. - Nunca imaginé que mi paso por Nueva York sería de esa manera…-Susurró Clara.-
Salimos del hotel, todos juntos, con rostro de preocupación.
- ¿Y bien? –Dijo Iris. - Y bien, ¿qué? –Dijo Carlos. - Vamos a salir ahí fuera a matar. ¡Exacto, a MATAR! ¿Cómo os sentís? - Mal. –Respondió Carlos. - Cabreado. –Le siguió Adrián. - Confusa. –Dijo Clara. - Asustada. –Dije, con la voz temblorosa.
Tras cinco minutos andando, Adrián nos empujó a todos y señaló rápidamente a un grupo. Nuestros oponentes. Nos escondimos detrás de la valla de una lujosa casa.
- Mirad. –Dijo Adrián en voz baja. - ¿Qué hacemos? –Pregunté, con un nudo en la garganta. - Esperemos a que pasen por al lado. Cuando pasen, disparad todos en el orden que estamos, aprovechando que vienen en fila.
Se iban acercando cada vez más, cuando de repente…
- ¡CORRED! –Gritó Iris, avisándonos de que venían hacia nosotros.
Corriendo, nos metimos en una puerta que estaba abierta, sin ni siquiera saber lo que era. Para nuestra suerte, conseguimos desviarlos.
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