-Gomamon, ¿crees que tienes fuerzas para llevarnos por el río hasta la playa?

-Ikkakumon- me corrigió César.

-Eso, Ikkakumon, lo digo por ir más rápido.

-Si, creo... creo que puedo, pero tengo hambre, así no voy a tardar mucho en cansarme.

Rápidamente Piyomon y yo fuimos a coger unas manzanas, y de la que veníamos, mi digimon se comió unas dos, para recuperar fuerzas también.

-¡Oh no! Me apetece más un pescadito.

Joder, si es peor que el Woodmon, pero los pescados los habíamos dejado en el bosque y no era plan de volver.

-También podría comer algas.

Perfecto, eso era más fácil, César cogió unas pocas que había por el río y se las ofreció, el cual casi se come la mano del pobrecito César.
Y por fin, nos montamos. Manzana para César, para mi, y otra para Piyomon.

Ya se veía la playa, la desembocadura del río, era bien bonita, arena fina y blanca, era donde habíamos aparecido por primera vez yo y Payne, y ya volvíamos.

-Víctor, no veo a Payne por ningún lado.

-Vuela a ver si la ves por lo alto por fas.

Asintió y así hizo, pero pronto bajó.

-No está... tampoco Goblimon...

-¡NIÑOS ELEGIDOOOOOOOOOOOOOS!



Una especie de cangrejo-dinosaurio rosa apareció de la nada, salió de la arena.

-¡OS MATARÉEE!



-¡PRESIÓN HIDRÁULICA!

El ataque se dirigía hacia mi, ¿de verdad quería matarnos? Porque de ser así, esto es algo personal.
Un chorro de agua le salió de entre los tentáculos de su cabeza a mucha presión y se dirigía hacia mi.

-¡Alas de meteoro!

Los meteoros que salieron de las alas ígneas de Birdramon me protegieron creando una especie de barrera de fuego sobre la arena.

-¡Arpón volcán!

El cuerno de Ikkakumon se disparó hacia la tortuga rosa, la cual lo lanzó hacia atrás, pero sin tener el mismo resultado que con los Gekomon.

-¡VUELTA DE CAPARAZÓN!

La tortuga se metió en su caparazón y empezó a girar, se... ¿levitaba? Da igual eso, por que se dirigía hacia nosotros a una velocidad espectacular girando sobre si mismo, como un... taladro.

-¡Birdramon!

Birdramon bajó de los cielos y me subí a una de sus patas, así yo evité el impacto, a la vez, César se subía a Ikkakumon y marchaba a la mar, ambos a la mar, pero ese digimon... sabe nadar el muy...

-¿Birdra que digimon es ese?

-Shellmon, ¿crees que va con ese tal Kabuterimon?

-Puede, pero yo no me quiero meter en esos líos...

-César... estoy perdiendo energías...

-¡Rápido, sube a Birdramon!

César subió a la pata derecha de Birdramon mientras yo estaba en la izquierda, cuando Ikkakumon se convirtió en Gomamon también subió, parecía que se estaba echando la siesta.

-Perfecto...

-¡PRESIÓN HIDRÁULICA!

Birdramon se giró para esquivar el chorro por los pelos.

-¡PRESIÓN HIDRÁULICA! ¡PRESIÓN HIDRÁULICA! ¡PRESIÓN HIDRÁULICA!

Un montón de chorros más se dirigieron hacia nosotros.

Antes de que uno casi da a Birdramon, nos cubrió un campo protector amarillo, con el cual desaparecimos.
Estábamos en una cueva, al parecer en la misma playa.

-Birdramon, conviértete en Piyomon, tienes que recuperar energías por si vuelve.

Tras hacerlo, nos pusimos a investigar la isla, ¿qué hacíamos aquí?

-Os trajimos nosotros, es que a nosotros también nos atacó, y al veros, pues os ayudamos.

Una niña, más o menos de mi edad, unos 15, más o menos, con gafas.
A su lado, una especie de... brujo.

-¡Ah! Un Wizardmon, ahora lo entiendo.



El cual rápidamente brillo, y... "desdigievolucionó" a su forma principal, su forma... ¿rookie era? creo que si.



-Antes vimos a una chica, más mayor que nosotros, y un Goblimon, se los llevó el Shellmon...

Ahí fue cuando nos entró miedo en el cuerpo, ahora sí tendríamos que meternos en los asuntos de Kabuterimon.

-Por cierto, me llamo Alba.

-Víctor.

-Piyomon.

-César, y este que duerme es Gomamon.

-¿Sabes quién es Kabuterimon? ¿Y cómo llegaste hasta aquí?

Y entonces me acordé que no se como había llegado César, solo yo y Payne, que fue la primera que encontré.

-No... no se quien es, es que yo estaba en un picnik, con unos amigos, y marché a comprar una coca cola... y cuando abrí la puerta del bar, al otro lado no estaba el bar, sino una playa, entré por vamos, por investigar, me pareció mágico, y cuando me di la vuelta para regresar, la puerta ya no estaba, solo había playa, me asusté, pero a lo lejos llegó DemiMeramon, que luego se convirtió en Candlemon al pasar los días, y cuando nos atacó Shellmon, se transformó en Wizardmon y nos trajo aquí.

-A mi me sucedió algo parecido- comentó el niño elegido de Gomamon -Estaba en el bosque, jugando al escondite con unos amigos, y me tocaba esconderme, me escondí, y nadie venía, así que decidí salir, cuando me di cuenta estaba en un manzanar, yo antes estaba jugando donde los castaños, y Bukamon apareció para guiarme por el bosque hasta que os encontré.

-¡Nah! Lo mio fue mucho más cutre, estaba en casita me dolió la cabeza y cuando me di cuenta estaba aquí, pero yo aparecí en la playa, Payne en el mar.

-¡Esperar!- vaya, por fin escuchaba hablar a Candlemon, tenía una voz serena y furiosa, como el mar -¿Sabes exactamente donde aparecisteis tú y Payne?

-Esto... croe que sí, mirar- dije mientras me giraba para salir de la cueva sin que Shellmon nos encontrase, y señalé un tronco que había en la arena -me acuerdo que nada más despertar casi me doi en la cabeza con ese tronco, me parece que el tronco no se a movido, es enorme, no creo que lo hallan movido, y Payne justo allí... esperar... allí sí- estaba seguro, pero no se si lo habrán visto bien porque para su posición no había nada como referencia.

Candlemon y Alba se miraron seriamente.

-Víctor, fíjate donde nos encontramos. César, indícanos donde te despertaste tú.

Señaló para lo más profundo de la cueva desviándose un poco para la derecha, lógicamente no se refería a haber aparecido en la cueva, sino en el bosque que hay detrás.

-Y yo aparecí ahí, enfrente de la cueva.

Ya nos dimos cuenta, los cuatro puntos creaban una línea recta, a lo mejor era una señal, lo primero que me dio por pensar era que nos indicaba la posición de Kabuterimon. Pero... ¿indicaba el mar o lo profundo del bosque?

-Creo que se lo que pensáis- Gomamon se despertó por fin -Si Kabuterimon se escondiese en el bosque no tendría un Shellmon de secuaz, es mi punto de vista.

Afirmamos. Nos mirabos, y volvimos a afirmar, tendríamos que tener una especie de conexión pues nos entendimos perfectamente.

-Piyomon.

-Gomamon.

-Candlemon.





¡Candlemon digievoluciona en... Wizardmon!

[Siento no tener la digievolución de Candlemon >.<]

Los tres salimos de la cueva a todo correr.

-¡Alas de meteoro!

Birdramon fue el primero en intentar, atacó a Shellmon desde el aire, claro que este ya le había visto salir de la cueva, pero aun así el golpe lo lanzó acia atrás isn que este pudiese hacer nada, pero como ya habíamos pensado, no lo hizo hui como con los demás.

-¡Arpón volcán!

Desde el mar, Ikkakumon realizó su ataque antes de que Shellmon se recuperase del ataque de Birdramon, logrando el mismo efecto que el logrado por Birdramon, solo que Shellmon cada ves se cansaba más.

-¡Cañón relámpago!

Wizardmon, que estaba levitando sobre el mar, apuntó con su vara a Shellmon y desparó un potente rayo desde ella.

Shellmon quedo boca abajo en el mar, por alguna razón flotaba, temíamos una posible reacción sorpresa.

-¡Alas de meteoro!

-¡Arpón volcán!

-¡Esferas explosivas!

Ambos ataques golpearon a Shellmon a la vez, el ataque de Wizardmon esta vez fue unas bolas de fuego lanzadas desde su bastón, los tres ataques que impactaron a su vez en el digimon hicieron que este se convirtiera en una especie de píxeles que volaron hasta el cielo, cosa que no nos extrañó, Piyomon me comentó que aquí las cosas son datos, no materia orgánica.
Pero... estaba... ¿muerto? Habíamos matado a un digimon, que a pesar de ser datos era un ser vivo... César y Alba parecían celebrarlo, pero habíamos matado...

-Víctor, no te preocupes- decía Birdramon mientras venía a la playa tras la victoria -Esos datos que salieron de la muerte de Shellmon se dirigen a la ciudad del comienzo, el cual renacerá desde un digihuevo de nuevo, cuando nazca, podrá volver a ser malvado de nuevo, o convertirse en bueno, lo decidirá él, pero no sufras, no habéis matado a nadie, habéis echo lo correcto.

-Birdramon...

-¡IAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! Ya estoy cansado- Un escarabajo gigante, azul con un casco gris en la cabeza, descendió de los cielos -Ese inútil de Shellmon... sabía que secuestrando una de las niñas elegidas vendríais, me he esforzado por no matarla aun no os creáis... ha sido duro, pero mereció la pena, aun quedan unos niños por ahí, pero ya los encontraré. ¡Ahora tengo hambre!



Kabuterimon se dirigía hacia mi, Birdramon se había puesto en medio, para que no me diese...

-¡Wizardmon!- gritó Alba, la respuesta de su digimon fue una mirada y una sacudida de las manos.

Una esfera amarilla nos rodeo a Birdramon y a mi, otra a Ikkakumon y a César, y la última a Alba y Wizardmon mismo.

-Nos vemos al final del mar, donde nos guiaron los lugares donde despertamos, no lleguéis tarde.

Y ya no me acuerdo de otra cosa, pero estaba en una ciudad muy extraña, llena de puzles gigantes y figurillas lego, y juguetes de bebé... y cunas para críos pequeños.

César se despertó en la cueva de antes, mientras que Alba en un lugar muy frío, se habían cobijado en una cueva y Candlemon le daba calor.



Kabuterimon ya no estaba, y Ikkakumon se lanzó al mar con César encima, se dirigían a donde señalaba la linea de nuestras apariciones.

César había llegado a un pequeño islote, la noche se nos echaba encima, y el había decidido quedarse a dormir allí, calentito con el pelaje de Ikkakumon, yo tanto jaguar decidimos lo mismo, solo que nosotros donde estábamos.

El Sol salía, y derretía la nieve que había a la entrada de la cueva en la que Alba se encontraba junto a Candlemon.

-Candlemon, ¿dónde me has traído?

-La verdad es que no me acuerdo del nombre, pero estamos en un sitio seguro, alejados de donde se encontraba Kabuterimon.

-Necesitamos volver, para...

No hacía falta seguir, Alba ya conocía a Candlemon, no la iba a llevar, al igual que ella, parecía un digimon muy testarudo.

-Genial, pues marcho a investigar.

Candlemon, de todas formas, salió con ella para asegurarse de que no le pasase nada.

-Por aquí hay un Frigimon, es un digimon bueno, lo digo para que no te asustes si lo vemos.

-No me tengo pensado asustar, tengo esto- y sacó de su bolsillo el digivice -y a ti para complementarlo ¿no?

Se trataban con cierta frialdad, pero al parecer solo lo hacían porque sabían que así es como le gustaba al otro ser tratado.

Los pinos altos nevados en su totalidad por blanca agua congelada eran hermosos, pero la capa de nieve les impedía esparcir este olor tan característico suyo.

-¡Cera viscosa!

De la blanca "piel" de Candlemon, un trozo de esta se desprendió, regenerándose instantáneamente, el trocito desprendido llegó a una gran velocidad hasta una piña, el ataque desvió la piña que caía y la pegó al tronco de un árbol.
De no ser por esto, la piña hubiese golpeado la cabeza de Alba.

Un lindo Garurumon paseaba por la zona.



Te miró, y siguió su camino.

-No debe ser malvado, se supone que es un digimon bueno.

Alba afirmó, y siguió caminando.

Ya había pasado medio día y la niña se empezaba a cansar.

-¡Dios Candlemon! Digievoluciona y llévame anda.

-No, si te llevo vas a estar en peligro. Kabuterimon nos podría ganar muy fácil.

-No creo que nos pudiese ganar muy fácil.

-Casi mata a Birdramon y a Víctor nada más empezar la pelea.

-Suerte suya, podemos.

-No podemos.

-Podemosss.

-No podemos.

-¡Podemos!

-No podemos.

-¡NO! ¡NO PODÉIS!

Garurumon salió de entre la oscuridad del bosque oscuro, más que salir, lo lanzaron al parecer, tenía una quemadura de un golpe en el costado derecho, le habían golpeado, cuando tuvo opción se levantó y salió huyendo.



Un peludo hombre de las nieves apareció de manera seria y fría, contemplándoos, y, aun sin decir palabra, agarró un hueso, congelado, y lo lanzó contra ti. Parecía enfadado por algo.

¡Candlemon digievoluciona en... Wizardmon!

-¡Cañón relámpago!

EL ataque no hizo otra cosa que desviar el hueso, haciendo que este volviese hacia el yeti.

Alba salió pitando del escenario, de repente se frenó. Y miró hacia atrás.

-¡Corre Wizardmon!

Con una mirada, Alba sabía que no, que no iba a correr, sino a quedarse a pelear.

-¡Cañón relámpago!

Un simple disparo de rayo bastó, bastó para hacer que el digimon peludo huyese, vaya, había sido rápido, y Wizardmon quedó extrañado.

Tras esto, pasaron las horas, horas que se hicieron días, sin que nadie hablase.

-Wizardmon, ¿ves? El también casi me mata nada más empezar la pelea.

Wizardmon cayó, y empezó a meditar.

-Tú puedes vencer a Kabuterimon.

El brujo digimon se levantó, apuntó a Alba con su vara, y ambos se cubrieron por una esfera amarilla, la típica esfera amarilla, la cual los transportó a la playa, y desde la playa, Wizardmon con sus poderes levitó, agarró a Alba con su mano izquierda, y ambos empezaron a volar cual deseo de cualquier niño pequeño. Se dirigían al lugar de Kabuterimon.

César seguía recorriendo el ancho mar con Ikkakumon. Parando a ratos para comer, ya que Ikkakumon necesitaba recargar las reservas de energía.

Mientras tanto, yo investigaba el extraño lugar de juguetes en que me encontraba, mientras observaba pequeños digimon que me miraban interrogantes.

Miraba a todos lados, no encontraba un alma, el lugar repleto de juguetes, cuyo suelo era el más colorido jamas visto, parecido a un montón de legos colocados estratégicamente.

Ninguno de los lugares a los que miraba parecía tener fin, y, tanto color me empezaba a extrañar, a la par que tantos bebés digimon.







Un montón de pequeños ojitos nos observaban.

-Piyomon.

-Sí.



Rápidamente monté en Birdramon, en su pata derecha para ser más preciso, el cual aleteó fuertemente para llevarme en tan solo un minuto cerca del Sol, pensaba que llegaría a tocarlo, pero de repente Birdramon giró, nos dirigíamos hacia el mar que se veía desde allí arriba.



Un dragón negro volador apareció delante nuestra.

-¡Tormenta de tinieblas!

Y entonces, de sus cuatro ojos salió un fino rayo rojo que se fusionó en uno, algo más grueso pero fino igual, que golpeó el cuello de Birdramon cual aguja.

-Id rápido al lugar en que Kabuterimon se encuentra, él desea comeros, no que les destruyamos nosotros.

Birdramon está muy dolorida, mientras Devidramon hablaba, nosotros caíamos hacia el suelo.

-¡Birdramon! ¡Vamos, vuela, tú puedes, vas a vencerlo, lo se!

De repente, de una de las cunas de los pequeños digimon, una cuna en la cual no había ningún digimon, salió un gran brillo, un brillo que convirtió la cuna en una especie de targeta, una tarjeta marrón, la cual se acercó hacia nosotros y se colocó en mi mano derecha, la cual al parecer le dio fuerzas a Birdramon para un último aleteo y no caer al suelo, estábamos a salvo, aunque solo fuese por unos instantes.

[La "tarjeta" es un emblema, uno que he creado yo, ya subiré el dibujo]

Miré la tarjeta cuando estábamos estables en el aire, era una especie de estrella algo rara, con unos círculos... era muy rara.

-¿Qué? ¡Yo no os puedo vencer, os quiere el amo Kabuterimon! Bueno, aré un esfuercito para no mataros... os noquearé y os llevaré en persona ante el amo.

Su voz era demasiado parecida a la de Goblimon, solo que con un toque más de maldad y otro de sarcasmo, su voz me irritaba.

-¡Alas de meteoro!

Las alas ígneas de mi pokémon desprendieron unos pedruscos envueltos en fuego que calleron directos en Devidramon, el cual se alarmó antes de recibir el impacto, pero no lo consiguió esquivar.

-¡Garras carmesí!

Devidramon se dirigía hacia nosotros.

-Agárrate Víctor.

Birdramon empezó a bajar en picado, solo lo suficiente para evitar el ataque del dragón negro, pero la frenada fue tan brusca que casi me caigo al vacío. De todas maneras, todo salió bien.

Tras eso, bajó lentamente a tierra, y se posó, esperando a Devidramon.

-Birdramon que haces, que vieneee.

-¡Fénix Volador!

Birdramon empezó a agitar su cola, de la cual salió una especie de humo negro el cual inundó la estancia, no sabía que Birdramon tenía ese ataque.

-¡Alas de meteoro!

El humo emitió una leve explosión de calor y brillo, no veía nada, pero lo sentí.

Cuando todo se disipó, sonreí levemente al ver la cuna de un Zurumon.



-Birdramon cohone, es que eres el mejor. ¿Tienes energías?

Le acerque unas manzanas que había por la zona.

-Ahora si- mientras, yo subía en su pata -¡Aupa!

Y despegó, se veía el mar a lo lejos, nos dirigíamos hacia allí. Todo va bien, miraba la tarjetita marrón que le había dado fuerzas a Birdramon ¿para que serviría? No lo se, espero que siga dándonos fuerza.

La verdad es que ahora que marchaba veía como un bonito lugar este de los bebés, la ciudad de los bebés, así la llamaré yo, era muy bonita, sería este el lugar que me dijo birdramon hace tiempo, por ahí estaría Shellmon también.

Mientras viajábamos, César llegaba a la isla rocosa de Kabuterimon, se paró en ella a descansar, y yo paré en el islote en el que días antes había parado César, y, Alba, ya se había encontrado con él en la isla de Kabuterimon, faltaba yo, pero cuando pase la noche y tengamos más energías, no tardaré en llegar.

¡Por fin! Por fin... llegamos Birdramon y yo a la isla, el oleaje que azotaba la isla era mucho mayor en la costa de la isla, lo cual era extraño, puesto que diez metro atrás el mar estaba en calma, lo mismo sucedía con las nubes, sobre la isla las nubes eran negras, mientras que fuera de la isla estaba despejado, hasta hacía Sol.
La isla era rocosa y parecía resbaladiza, y había una entrada a una cueva, que ponía en letritas de colores:
"Castillo Kabuterimon"

-¡Alba, es Víctor!

Tanto Alba como César, así como Gomamon y Candlemon miraron hacia arriba a tiempo para ver como un chaval y un pájaro rosa caía desde un montón de metros.
Los digimon cogieron al vuelo a Piyomon, mientras que a mi, me cogieron los humanos.

-Ñaaa, vaya momentos eliges para quedarte sin energías macho.

Tras contarnos que tal habíamos pasado estos dos días separados, decidimos entrar en la cueva, suponíamos que por aquí encontraríamos a Payne, y a Kabuterimon.

Y en efecto, tras caminar un poco, fue fácil encontrar a Payne, había antorchas en las pareces, y la niña elegida estaba junto a Goblimon, pero, tras los barrotes que nos separaban, había otro niño, otro niño con otro digimon.

-¡Chicos! Por fin llegáis.

-Hola...

-A si, este es Alex, es muy majo él. Y este otro es Palmon, su compañero digimon.



-Hola...

Valla, como se parecían ambos, el chaval, algo más bajito que los demás, seguramente tendría algún que otro año menos que nosotros, pelo corto, negro, cara algo pálida, pero era muy mono en si.

-Piyomon, rompe los barrotes.

-Ya lo hemos probado, no te creas que estamos aquí por gusto, el caso es que no se rompen.

-Pues vamos a probar todos juntos.

Todos afirmamos.

-¡Fuego mágico!

-¡Fuego de vela!

-¡Bomba Goblin!

-¡Rajada de luz!

Gomamon quedó observando a los demás, pero dando ánimos.

Y los barrotes, cedieron.
pronto, tras contarnos como habíamos llegado hasta allí y que Alex nos contase que sus diamantes mandarín se habían escapado y de la que fue a buscarlos se perdió y acabó en una especie de bosque de manzanas, seguramente donde César, pero a él le pillaron antes, bueno, pues tras eso, nos dirigimon al interior de la cueva, no quería ir, pero algo me empujaba hacia el interior.

Llegamos a una extensa sala, en la cual Kabuterimon se estaba alimentando de.... de.... una especie de mocos, pero parecían digimon....

-¡Pobres Numemon! Víctor, si nos come no renaceremos en la ciudad del comienzo...



Entonces me quedé en shock, no quería que eso le pasase a Piyomon....

¡Candlemon digievoluciona en.... Wizardmon!



-¡Cañón relámpago!

¡Qué va! Ese ataque iba dirigido a Ikkakumon, el cual no se lo esperaba y lo mandó contra la pared, muy débil.

-¡Ikkakumon!

César fue a socorrerlo, el pobre parecía muy herido.

-Wizardmon, ¡Qué se supone que haces!- Alba gritaba y gritaba, pero su digimon se acercaba a Kabuterimon, como si fuesen amigos.

-¡Genial Wizardmon, ataca, ataca! ¡Destrulle a ese, al del pájaro rosa!

Mientras Payne, serena incluso en estos momentos, trataba de que su digimon digievolucionase y Alex con Palmon en brazos corría por la sala intentando huir mientras gritaba despavorido, yo tenía a Piyomon en brazos, no quería que pelease y Kabuterimon lo matase, Piyomon luchaba contra mi para soltarse, pero yo no quería...

-¡Alex!- Gritó Palmon -Tenemos que hacer como aquella vez.

Él afirmó y se detuvo en seco, intentando disimular el miedo.



Aquella hermosa Togemon, casi del tamaño de la sala de alta, mucho más alta que Kabuterimon, empezó a girar sobre si misma, de la que hacía esto, millones de misiles salían de su cuerpo.

-¡Ataque de espinas!

El ataque golpeó a Kabuterimon, el cual no intentó mucho para esquivarlo ya que casi no le surgió efecto.

Togemon protegía con su cuerpo a Alex de cualquier cosa que pudiese venir a continuación, eso si, caminando con disimulo hacia la puerta.

-¡Wizardmon! ¡Porque haces esto!

-¡Wizardmon, ataca, al del pájaro rosa hombre, vamos!

-Alba... te advertí, te advertí que no viniésemos...

Me apuntó con el cetro, mientras lanzaba su rayo eléctrico, Piyomon me empujó para que el ataque no me diese a mi.
Piyomon acabó chamuscado, mientras barias lágrimas me caían por la mejilla. Le había quetado a Piyomon la oportunidad de defenderse, y no, no volvería a pasar.



Ikkakumon se puso en pie y se colocó al lado de Birdramon.

-¡Arpón volcán!

-¡Alas de meteoro!

Ambos ataques impactaron a la vez en Kabuterimon el cual esta vez, si sintió algo de daño, Wizardmon se daba cuenta de que no le queríamos golpear a él, esperemos que se diese cuenta al menos.

-¡Payne! ¿Goblimon puede digievoluionar?

No contestó, a saber la respuesta...

-¡Alex, ayúdanos!

-¡Sí, Togemon, ayúdanos a Birdramon y a mi!

Togemon hinchó el pecho y se motivó.

Cuando los tres grandes digimon se pusieron creando una especie de barrera para proteger a los niños, Kabuterimon entró en acción.

-¡Mega explosión!

En su pecho apareció una bola de energía eléctrica color azul amoratada, la cual empezó a crecer y a crecer... hasta que alcanzó casi el tamaó de su cuerpo, un leve movimiento de brazos, y la bola se convirtió en un inmenso rayo que alcanzó Birdramon lanzándolo contra una pared.

-Wizardmon.... Wizardmon, yo te trataba de una manera muy fría, igual que tú a mi, pero sabes perfectamente que es así como nos gusta ser tratados, nos conocemos de apenas dos semanas, pero ya se que somos... amigos, es así de... es así de sencillo.

Wizardmon se convirtió en Candlemon de repente y Alba sacó su digivice, fue entonces cuando todos nos asustamos al verlo negro en vez de blanco azulado, ella nos miró como si no supiese que la mirábamos raro, como si pensase que todos los digivice fueran así.

-Wizardmon....

Entonces Candlemon se convirtió en un digihuevo y el digivice de Alba se puso de un color normal.

-Porque Goblimon no digievoluciona...

-¡Arpón volcán!

-¡Ataque de espinas!

-¡Megaexplosión!

Los digimon peleaban.

-¡Birdramon, todo va a salir bien, vamos a vencer, pero por favor, no te mueras! ¡Birdramoon!

Y entonces la targetita que encontré en la "ciudad de los bebés" empezó a brillar, dándole fuerzas a Birdramon, el cual brilló de un rojo más intenso.

-¡Fénix volador!

Todo se llenó de humo, dándonos tiempo a escapar, y, en el mar, montados en Ikkakumon y Birdramon, escapamos mientras Togemon volvía a ser Palmon.
Nos quedaba entrenar un poco más para poder vencer a Kabuterimon.