Tenshi, el gordo escribió:
DIOOOOS un akuma Larxenizado (pero en tío)
xCruzada, el gordo escribió:
¿Larxene hombre?
Sois gordos por dos razones:
- Cuanto más digo que dejéis de comparar la historia con KH más la comparáis xDD gordos D:
- La verdad ni pensé en Larxene al hacer el personaje. De hecho no me acordaba de que Larxene utilizaba electricidad, humm... (gordos)
Y bueno, tardé en hacer capítulo por una simple razón, y ya sabéis cual es. xD
Intruso
Seguramente hubieran pasado unos cuatro días desde aquel entonces, pero sigo confundido, intentando saber qué fue lo que hice ese día para cambiar, además de mi arma, mi cuerpo.
Y parece que se me presentó la oportunidad: Hace ya bastantes días que no veía a Yuzu. (Aunque a lo mejor, más bien porque no estaba, era porque era tan pequeña que no era perceptible)
Después de verla en la sala circular, me acerqué a ella.
- ¡Ey! - Le dije en modo de saludo.
- Oh, no te he vuelto a ver. - Dijo. - ¿Te las apañas solo?
- No me quejo.
- Aunque seguro que echas de menos estar conmigo, ya que soy la más fuerte. - Reía mientras estiraba sus brazos en posiciones extrañas.
- Vale. Y el otro día me cargué a un rubiales, pero me pasó algo extraño...
- Dime.
- No podía soltar los abanicos. Y además, mi cuerpo se volvía de la misma constitución que mi arma al transformarla. Luego pasó y volví a la normalidad.
- Vale. - Dijo ella sin darle importancia.
- ¿Y bien?
- Ah, que quieres que te responda...
- Sólo si no te causa demasiadas molestias.
- ¡Ja, ja, ja! Bueno, me pongo seria: Eso es una entre muchas habilidades especiales que tenemos. Las solemos llamar "Out of Arm", y además lo abreviamos a "OA". Vaya, son habilidades o transformaciones que podemos realizar a nuestro cuerpo, y no a nuestra arma. Aunque a veces esta se vea relacionada.
- Vale, ¿y todos nosotros podemos hacer esas habilidades?
- No. Hay algunas que se consiguen con el entrenamiento, y otras que algunas personas tienen así porque sí. Ángel tiene una de las últimas, y es muy chula. La de Ángel solo la tienen 1 entre 1000 personas.
- ¿Y la mía de qué tipo es?
- Dímelo tú. ¿Has estado entrenándola?
- Entonces... es como la de Ángel.
- Sí, sin embargo no me suena la tuya... si quieres se lo preguntamos a X.
- Mejor no.
- ¿Por qué?
- Ese tipo me cae muy gordo.
- ¡Pero si es tu jefe!
- Me resbala rato y medio, si me cae mal me cae mal.
- ¡Tengo envidia! ¡Ángel y tú tenéis una especial y yo no!
- ¿Tu no sabes ninguna?
- Sí, se utilizar dos, pero son entrenadas, así que no mola.
- Anda, ¿en qué consisten?
- Una es algo de atacar con el aura de tu cuerpo que se expande por ahí o algo así. La otra te hace ser tan fuerte como la misma arma. - Explicó Yuzu sin darle importancia.- Bueno, si quieres después de la misión te ayudo a averiguar cual es la tuya.
- Gracias, aunque espero que, si lo conseguimos, nos den una explicación mejor que las tuyas.
- De nada. - Dijo Yuzu, ignorando lo segundo.
- Oye, ¿qué es lo que pasa allí? - Dijo alguien.
Nos giramos. Era Ángel, nos hablaba de manera algo desconfiada, señalando hacia el centro de la sala.
Un tío con capucha estaba rodeado de algunas otras personas, y hablaba a un chico que estaba delante de él. Este último era Cexo.
- Oh, qué emocionante. La gente está alterada porque el sexo habla con alguien. - Dije con voz sarcástica.
- Por favor, no lo llames así.- Dijo Yuzu con voz cansina.- ¿Quién es el de la capucha rodeado de todos?
- Me da que es Artyom.
- Sí, es él. - Yuzu se fijó en él.- Parece que ha vuelto de un trabajo.
- ¿Pero no había vuelto hace dos semanas?
- Se ha vuelto a ir, idiota... debe de ser duro ser el más fuerte de la organización...
Desvié mi mirada del acumulo de gente hacia una esquina de la habitación.
En la esquina había una persona menuda y delgada. Tenía la capucha puesta, y le tapaba totalmente los ojos y el pelo. Tenía una sonrisa sarcástica dibujada en el rostro. Me pareció extraño, pero lo dejé pasar.
- Ángel, qué callado estás. - Dijo Yuzu.
- Oh. - Se sobresaltó.
- Por cierto, Ángel. Zexión también tiene un OA como tú.
- Anda, mola. ¿Qué hace?
- Pues, algo así como que transformo mi cuerpo junto a mi arma... - Expliqué.
- Guay.
- ¿Y la tuya qué hace?
- Esto... pues, ¡ya lo verás! ¡Je, je, je!
- Anda ya, como si fuese a estar viéndote luchar ahora.
- ¡QUIETOS, NO OS MOVÁIS!
X apareció en medio de la sala, todos se volvieron hacia él, pero nadie se movió.
- La alarma sonó, aquí dentro hay peligro. De hecho... en esta misma sala. - Dijo X con tono serio.
Todos nos sobresaltamos y miramos hacia nuestro alrededor.
- Y para ser exactos. Es un instruso.
- ¿A qué se refiere exactamente con instruso? - Intervino Cexo, hablando rápida y secamente.
- Alguien haciéndose pasar por un miembro de la organización. Seguramente un Akuma.
Me entraron escalofríos por todo el cuerpo. Estaba claro quién era. Miré hacia una esquina, y estaba aquel chico. Lo extraño es que seguía en esa esquina, sin borrar la sonrisa de su cara. De hecho, estaba demasiado quieto...
- No os mováis. ¡Que nadie se mueva! De hecho... hablad entre vosotros. - Nadie reaccionó.- ¡Hablad!
Como si eso fuera a funcionar, era horrible. ¿Dónde tenía X las neuronas? ¿Cómo, hablando, ibamos a solucionarlo todo?
Todos empezaron a hablar de cosas incoherentes, para no enfadar a X.
Eché un vistazo rápido a la esquina. Ese tío no hablaba, no se movía, sonreía. Un escalofrío volvió a recorrer mi cuerpo.
- Está bien, por hablar de algo. - Yuzu intentaba meter conversación, ya que X nos miraba a Yuzu, a Ángel y a mí con rostro enfadado.- Yo que sé... ¿qué tal la misión de ayer?
- Bien, bien, supongo. Nada fuera de lo común. - Parecía idiota, pero hablaba para complacer a X. - ¿Y tú, Ángel? ¿Qué tal la misión de ayer?
- ¡A mi también me fue bien la misión! Todo normal. - Sonreía tontamente.
Pero...
Giré ligeramente la cabeza, el chico seguía ahí, sonriente, quieto... Me dí cuenta de que X se enteró de su presencia, y lo vió. Sonriente, quieto... quieto... demasiado quieto...
- Ángel... - Dije de repente.- Repite eso.
- ¿Cómo? - Ángel parecía confundido.- Pues... eso, que la misión me fue bien, y que todo normal...
- Ángel... nunca... ¡ÁNGEL NUNCA HACE MISIONES!
Saqué mi abanico derecho y lo lancé justo contra la garganta de Ángel. Este dió un salto hacia la derecha y lo esquivó. Ángel empezó a rodearse de un aura blanca, y el contorno de su cuerpo iba desapareciendo...
De repente, pasó algo.
Sonó un sonido metálico, una especie de explosión, y unos gemidos de dolor.
Lo primero que vi fue la pared, en la cual estaba una espada gruesa y con curvas. Después del espadón habían unas cadenas, todas juntas, formando un hilo de cadenas. Y entonces... lo ví.
Las cadenas atavesaban a alguien. A Ángel.
Justo le atravesaban el corazón. Las cadenas estaban manchadas de sangre. Y Ángel también. Con la conciencia perdida, temblando.
Tragué saliva, y continué con la mirada la red de cadenas. Y llegaron a su fin.
Terminaron sujetas a una empuñadura, una empuñadura muy pequeña. Y un chico la sujetaba.
Era...
Artyom.
La sudadera negra de la Organización X manchada en sangre que llevaba Ángel se tranformó en una larga túnica roja.
Se le puso una capucha que tapó todo su cabello, y sus ojos. Su boca pasó a tener una expresión sonriente.
Acto seguido, "Ángel" empezó a desintegrarse, hasta que no quedó ni su sangre bañando las cadenas...
Como si nada hubiese ocurrido...
Entonces...
Me giré hacia la esquina.
La expresión sonriente del tío de la esquina despareció por completo, y cayó de rodillas al suelo. Empezó a toser fuertemente.
Rápidamente, corrí hacia el chico, y le quité la capucha.
Era Ángel...