Comenzaba un nuevo curso. A pesar de estar en septiembre, aún se notaba el aire cálido que aparece a menudo en verano. La humedad hacía que la ropa de abrigo se pegase en la piel creando así un calor insoportable. Las nubes que venían del este amenazaban con ponerse a tronar en cualquier momento.

El primer día de instituto no prometía mucho. Al estar en tercero, ya había oído esa charla miles de veces. Leíamos las normas de la agenda y nos recordaban las cosas que haríamos durante el curso. También nos animaban a tomar el curso con ganas y dar el mayor esfuerzo possible, cosa que pocos cumplirían. Ya estaba cansado de estar en aquel lugar, mi garganta estaba seca y tenía los nervios a flor de piel.

Sonó el timbre que anunciaba el fin de aquellas terribles charlas. Cojí mi mochila y me dirijí hacia la puerta de salida. Y como había predicho anteriormente, las nubes descargaban toda su ira. No tenía modo de volver a casa sin tener que sacrificar algún libro para librarme de la molesta lluvia bajo él. Y cuándo me disponía a salir corriendo, un chico alto, de pelo rubio se apareció tras de mí

-No pensarás salir con esta lluvia y sin nada para no mojarte, ¿verdad?
-No tengo alternativa. Ahora adiós.
-¡Espera! ¿Vives muy lejos? Podría acompanyarte, llevo paraguas
-Vivo a dos manzanas de aquí, pero no necesito tu ayuda.Adiós.
Acto seguido salí corriendo, pero él venía tras de mi. Chillaba que me esperase, pero yo seguía corriendo. Hasta que me alcanzó y me cojió de la camiseta.
-Vamos, no seas así, sólo quería ayudarte. Venga, va, que te acompanyo lo que falte.

Y así fue. Bajo aquel paraguas negro me mantenía callado mientras que él intentaba dar pie a una conversación. Por fin habíamos llegado, no quería seguir escuchando a aquella cotorra.
-Gracias.
-De gracias nada, son 50 euros
Le miré sin sonreir como creo que él esperaba que le mirase.
-Anda, adiós!-Dijo sonriendo mientras me removía el pelo.
Cuando vi que ya se había alejado lo suficiente, entré a casa. Incluso estando bajo el paraguas de aquel chico, me había mojado un poco, así que me cambie y me aislé en el ordenador como de costumbre.

Entré a Facebook. Una solicitud de amistad. Cliqueé sobre ella. Era el chico. El chico que me había acompanyado hasta casa. Pero...¿Como diablos sabía mi nombre? Para buscarme probablemente debió de estar rastreando un rato. Después de unos segundos decidí aceptar la solicitud. Nada más aceptarla el “pop” que anuncia que te han enviado un mensaje, resonó en mis auriculares. Era él...¿Cómo podía tener tanta rapidez?
-Hola.¿Qué tal estás?
Dudé unos instantes en si debía contestar. Apoye mis manos sobre el teclado pensándolo una vez más.
-Hola. Bien, ¿y tú?
“Lucas está escribiendo”
-¡Genial! Hoy te veía algo enfadado. ¿Que te ha pasado algo?
-No me ha pasado nada. Soy así.
-Pues deberías sonreír más. ¡Apuesto lo que sea de que tu sonrisa es preciosa!
-No tengo motivos para sonreír. Y si sonrío o no... no es asunto tuyo.
“Lucas está desconectado”

Decidí apagar el ordenador. Por alguna razón esa conversación me había dejado algo perplejo. Puse el ordenador en la mesilla, y me aparté los auriculares de las orejas.

Me tumbé en la cama hasta que los párpados cedieron ante el caprichoso sueño.
La voz de mi madre me despertó, en lo que parecía ser un nuevo día. 7:00 AM.
-¡Vamos despierta! ¡Venga, tienes a tú amigo Lucas esperando en la puerta!

¿Lucas? ¿Qué hacía él aquí? Para llegar a mi casa él debería de tomar una desviación antes de llegar al instituto. Pero sin embargo allí estaba. Aún con el pijama me deslize como pude hacia el salón , donde estaba sentado él. En el sofá del salón.
-¿Se puede saber qué haces aquí? Ya puedes largarte.
-Ví que vas siempre sólo al instituto. Y que no te juntas con nadie. Sólo quería hacerte compañia, pero si quieres que me vaya, me voy.
Lo miré con cara de odio por comprometerme de esa manera.
-Espera, antes debo vestirme y hacer la mochila.
Cuando acabe de hacer todo me advirtió de que llovía así que cojí uno de los paraguas que había en el paragüero.
Nuestros pasos salpicaban agua. Los míos incluso salpicaban ira. Estaba furioso por importarle a alguien.
-¿Por qué tiemblas?
-Tengo frío, eso es todo.
Lucas se quitó la chaqueta.
-Toma, no quiero que cojas un resfriado.
-Guárdate este tipo de gestos para tu novia.
Se volvió a poner la chaqueta y se acercó a mí. “No tengo novia” me dijo antes de rodearme con los brazos.
-¿Se puede saber que haces?
No se molestó ni en contestar, sólo me miró y sonrió. Sentía la calidez de su cuerpo, y no me sentía mal, así que no puse pegas a la situación.
Cuando lleguemos a las puertas del instituto todos nos miraban raro, incluso chismorreaban en voz baja mientras reían. Pero no me importaba, realmente no quería que Lucas se separase de mí.
-¿Vas a soltarme? Tengo que ir a clase-Me dijo entre risas-
Por ese momento me dí cuenta de que me había abrazado a él, así que rápidamente le solté. Vi como se acercaba y me cojía de la nuca. Su nariz tocó la mía. Le cojí el brazo que sostenía mi nuca y lo aparté. Acto seguido me di la vuelta y escuche que me decía “Nos vemos en el patio”
En las clases no hice nada. No podía sacarme de la cabeza aquella sonrisa.
El estridente sonido del timbre me sacó de mis fantasías. Como era habitual cojí los auriculares, el teléfono móvil y me dispuse a escuchar música. Andaba sólo por los pasillos y me fui al rincón del patio donde nadie me molestaba nunca. O eso pensaba. La música paró de golpe así que instintivamente levanté mi cabeza. Era él. Había desconectado mis auriculares
-Lo siento, pero es que con la música no me oías.
-No importa. ¿Que quieres?
-Sólo quería hablar contigo.

-¿Hablar conmigo?-Le dije entre dientes.-
-Sí, hablar contigo, eres más intere...
Mientras me halababa de manera gratuita, desconecté mis oídos de aquella cotorra hasta que decidí interrumpirle.
-¿A que ha venido el que me intentases besar antes?
-¿Qué?-Dijo abriendo mucho los ojos
-Me has cojido de la nuca y te has acercado a mí, tenías esa intención...
-Ups, perdona, pensé que no te molestaría, después de aferrarte a mí como un koala de camino al instituto.
Le miré a los ojos y solté una carcajada, algo que hacía tiempo que no era visible en mí.
-¡Lo sabía!
-¿Saber qué?-Le dije extrañado-
-¡Sabía que tú sonrisa es preciosa!
Unos calores indeseables se adueñaron de mi mientras se me enrojecían las mejillas,creo que Lucas se dió cuenta, por que me quitó la chaqueta. Se acercó a mi más de lo necesario y yo notaba como me ardían las mejillas, incluso el pecho. Se acercó más y noté como mi corazón empezó a ir a un ritmo bastante rápido.
-¡Cálmate!-Me dijo con una sonrisa en la cara, mientras me acariciaba mis enrojecidos mofletes.
Le miré a los ojos y por primera vez, el que me acerqué a él fui yo. Le rodeé con los brazos y el me tocó la nariz con el índice mientras me decía "Te quiero, pequeño koala"
Empezé a apretarle demasiado, ya que las palabras "Te quiero" me estaban rebotando por dentro, incluso doliendome. Me cojió la barbilla y después de un "Vamos, tranquilízate", acercó sus labios a los mios, y yo se lo permití. Noté como empezaba a abrir la boca, y como tal loro, hice lo mismo y, literalmente, me metió la lengua hasta la campanilla.
Le separé de un empujón, cojí la mochila y me fui corriendo. No entendía mi reacción, pero al parecer, Lucas sí.
*Sonido de silbido*
Pensé que alguien estaba silbando por lo que había pasado, y me enfurecí muchísimo, hasta que me dí cuenta de que era el sonido que hacia "Whatsapp" cuando me enviaban un mensaje.
"Mensaje de 0555-555-555."
No sabía quién era, hasta que ví la foto de perfil. Tenía una foto de perfil donde estaba conmigo. Donde salía cojiendome de la cintura y yo sonriendo.
"¿Te gusta la foto de perfil?"
No pude evitar sonreír, y acto seguido, le envié: "Me encanta"
Giré mi cabeza y lo vi en la lejanía, ya que el patio de el instituto, era enorme.
"¿Nos vemos a la salida?"-Ví que me llegaba
"Nos vemos en la salida.- Le envié.
Me diriGía (sí, la G mayúscula va por Cris)hacía clase cuando los chicos de 4t me cortaron el paso.