FENÓMENO EXTRAÑO
Me desvelé. Oí un ruido que transformaba mis pensamientos, oí como si alguien golpeara algo con toda la fuerza posible, como si se vengara de alguna cosa que había pasado..
Así que procedí a dipositar los pies en el suelo levantando el cuerpo lentamente de la cama y a impulsarme dándome mas fuerzas. Al principio caminaba lentamente, pero cuando el ruido se derepetia nuevamente, avanzaba a grandes zancadas. Abrí la puerta de mi cuarto a una extrema velocidad. El pasillo daba miedo y euforia. Estaba oscuro, no se oía nada en especial. Decidí a ir hacia el cuarto de
"Jona" (Mi hermano), ya que los ruidos provenían de allí. Al entrar quedé totalmente sorprendida. No había nadie. ¿
Qué habrá pasado? ¿Será un hecho paranormal?
Al questionarme durante un buen rato, algo me limitó a salir a la calle, aunque fuera de madrugada nadie se iba a enterar, mi padre trabajaba. Posteriormente salí en pijama, ni me di cuenta de lo atemorizada que estaba. Al llegar al portal, giré el cuello a todas las direcciones con un gran escalofrío recorriendo mi cuerpo. Al instante contemplé frente a un árbol de estatura alta, a un chico fisicamente corpulento encapuchado.
Quise acercarme para observar de quien se trataba y que hacia allí a estas horas. Pero al dar un solo paso, su extraña figura se iba desproporcionando a varios lados, como si se partiera en muchas personas a la vez.
¿Estaba soñando?Di un puñetazo al muro situado frente a mi, pero lo único que conseguí fue hacerme muchísimo daño. No, no estaba soñando, vivía en una extraña realidad paralela. Fuera lo que fuera no entendía que estaba sucediendo, ni tan solo sabía porque Jona no estaba en su cuarto a las 3 de la madrugada.
Hablando y hablando sola una y otra vez, aquella persona no estaba. Había desaparecido.
Me convencí en avanzar una calle para intentar verle al menos, y dar fin al asunto. Dicho, hecho. Caminé lentamente por la estrecha y larga calle, llena de farolas iluminando mi rostro. Cuando llegué al final de la calle, me detuve. Aquella persona que fuera estaba de pie frente a una tienda, de espaldas. Me pregunté que estaría haciendo allí y a que jugaba conmigo.
Me acerqué y no se inmutó. Pude llegar al punto fuerte y al fin, girarle la cara. Era Jona, estaba segura de ello. Levantó las manos y se impulsó hacia arriba. Estaba volando, los pies los tenía a flote. Yo me quedé como si hubiese visto un fantasma. ¡Mi hermano tenía poderes!.
Intenté creer que lo que estaba viviendo era un sueño. Intenté pensar que eran alucinaciones mías. Hasta llegué a convencerme a mi misma que había tenido una grave equivocación del sueño que tenía. No estaba para meditar ni contemplar el mundo en aquel momento. Así que, me giré hacia una dirección y me fui caminando ágilmente con la intención de volver a casa y dormir, para que al día siguiente, todo volviera a la normalidad.
Eran las 4 de la madrugada. iba perdida en mi mundo pensando y planteándome lo que mis ojos acababan de contemplar, pero no daba para mucho, realmente. Estaba agotada y necesitaba una cama urgentemente.
Cuando por fin llegué, abrí la puerta de la portería y subí por las alineadas escaleras viejas, hasta llegar al principal objetivo: "Mi casa". Al entrar, fui directamente a mi cuarto sin mirar a ningún lado. Con la vista clavada en un único lugar. No quería comerme más la cabeza. Me gustaba pensar que Jona estaba en su cuarto como debería ser. Posteriormente, me metí en la cama y poco tardé en entrar en fase Rem. Tuve un sueño lucido, así tal cual como lo digo. Como si pasara realmente, como si yo lo manejara.
Aparecía mi hermano avanzando por la calle por la cual yo pasé anteriormente. Cuando ya estaba cerca de la casa, corría y corría hasta abrir la puerta y dirigirse hacia las escaleras. Una vez allí, las subió rápidamente hasta de un salto, llegar al rellano. Justo cuando estaba abriendo la puerta, yo me desperté con una ansiedad terrible, con unos sudores sofocantes, como si hubiese estado metida en un horno.
En ese momento sabía que lo que pensé ayer, era todo lo contrario. Ya me hacía a la idea que aquel sueño era una pista como indicación de que algo iba mal. Sucesivamente, me levanté como un rayo de la cama, y caminaba con miedo a que pasara algo raro.
Nuevamente se oían ruidos que provenían de la misma habitación, y al abrir la puerta.. ¡Jona estaba allí!. Se encontraba tumbado en su ancha cama como un angelito. Era como si todo aquello no hubiese ocurrido. Dormía en la misma postura con la que lo vi cuando concilió el sueño. Tenía el pijama levantado de un lado, como lo vi yo. Era como si se hubiese repetido todo. Nunca lo llegué a entender. A día de hoy cuando le pregunto, me responde que no se acuerda de nada.