{Capítulo 1}
VacacionesRika estaba ansiosa por aquel verano. Era la primera vez que viajaba con
su novio a un lugar así, apartado y solitario, en las montañas. Su sueño desde que era una niña pequeña.
Se encontraba en su apartamento, un lugar no muy ordenado. Libros por tierra,
ropa encima de la mesa, restos de comida, latas de refresco, y un olor extraño. No se despertó muy tarde.
Rika abrió los ojos poco a poco, y vio la luz que entraba por la ventana, que estaba a su derecha. Rápidamente se levantó de la cama
y decidió hacerla a pesar de la pereza que le daba hacerlo.
Unos 5 minutos mas tarde, se dirigió hacia la cocina para desayunar. Lo típico japonés,
arroz blanco y sopa instantánea. Mientras lo hacía, sonó el teléfono de su casa,
que se encontraba en el salón, en una mesita que le regaló su abuela antes de morir.
Respondió, era su novio Katsuya.
Ese mismo día los dos emprenderían un viaje hacia la casa de campo de unos parientes de Katsuya,
que fallecieron misteriosamente ahí. A Rika no le hacía mucha gracia aquello, ir de vacaciones a una casa
donde ha muerto gente, pero a Katsuya le hacía ilusión, y le sabía mal decirle de no ir.
A media mañana los dos cogieron el coche y se dirigieron a la casa. Pasaron por lugares hermosos,
como un campo de girasoles que se encontraba a las afueras de la ciudad.
Pasadas las 7 llegaron a aquella casa de campo, la cual Rika pensaba que era una casa normal,
pero se equivocaba, era una mansión enorme. Al entrar, empezó a salir polvo de todos los lados,
estaba todo muy sucio, habían telerañas por las paredes y algún ratoncito. Katsuya decidió
enseñarle un tour por la casa, ya que él veraneaba ahí cuando era niño, pero Rika
notaba algo que no le gustaba allí.
Al caer la noche, los dos se sentaron en la mesa de la cocina para cenar, después de limpiar un poco,
por que era bastante tarde. Aunque Rika notaba algo raro allí,
estaba encantada por poder pasar esos meses con su novio, sin duda pensaba que serían las mejores vaciones de su vida,
eso pensaba...