Día 1: Cambio de aires
Querido diario... ¿Alguna vez has tenido la sensación de estar viviendo una vida que no es la tuya?
¿Conoces esa sensación de que no encajas con los que te rodean?
Que eres el único que se preocupa por mantener un mínimo de orden...
En eso se había convertido mi vida en Mysteria.
Mysteria... ¿Qué te ha pasado?
Quizá ya era hora de cambiar de aires...
"A la estación, por favor..."
Nucelar... Sonaba bien, quizá hice bien bajándome en esa estación...
Pero de repente la cosa se puso extraña... Parecía que los vecinos de ese pueblo ya esperaban mi llegada...
Todo era muy extraño. Algunos celebraban mi llegada, otros mostraban claras tendencias racistas... Incluso hubo alguien que comenzó a seguirme por todas partes...
En mi intento de huida noté que aquella chica, Canela, intentaba decirme algo. Al parecer mi llegada formaba parte de un enmarañado plan para sustituir al anterior alcalde, ahora en paradero desconocido.
A mí me sonó a asesinato, pero la forma de negarlo parecía bastante convincente...
Pensé que la mejor forma de investigar todo esto sería desde dentro, y para eso necesitaría una casa, así que me fui derecho a la inmobiliaria, pero de camino me encontré con uno de mis enemigos mortales y me vi obligado a golpearlo con todas mis fuerzas.
Terminado el combate busqué un buen sitio para mi nueva casa. Quizá lo que más me gustaba de mi casa en Mysteria eran las vistas al mar...
Aunque pronto descubrí que el tipo de la inmobiliaria también tenía su parte de rareza. Al parecer pensaba que yo era capaz de leerle la mente.
Pero en fin, el tipo cumplió y me proporcionó mi nueva vivienda, si se le puede llamar "vivienda" a eso.
Tras instalarme en mi nueva base de operaciones, Canela me llamó para plantar un arbol en la plaza del pueblo. Al parecer es algún tipo de ritual sagrado de esta localidad...
Tras esto, Canela me pidió que me pasara a decir "hola" a Altramuz. Desde el primer momento supe que este tipo me iba a traer problemas...
Y no me equivocaba, tras salir de su casa fui atacado por una horda de abejas. Todo parece obra de mi nuevo archienemigo Altramuz, pero me vengaré...
Al parecer la gente no tardó en notar las picaduras en mi cara.
Así que tracé un plan y decidí contraatacar. Decidí secuestrar a esas bestias infernales para interrogarlas más tarde y así descubrir los planes secretos del malvado Altramuz.
Pero jugar a batallar con los vecinos era muy cansado, así que decidí ir a visitar a Wiz, que al parecer se había mudado recientemente a un pueblo llamado MiAC. Aunque de camino, en la estación, parece que Estasio quiso marcar su territorio. Cosas de monos...
Aun así logré llegar a MiAC sin un rasguño.
MiAC era genial, habían naranjas, mis favoritas... ¡E incluso habían pequeñas plantaciones de bambú!
Aunque sabía que Wiz me ocultaba algo... Así que busqué herramientas para hacerle hablar y efectivamente, guardaba grandes cantidades de plátanos para consumo propio, pero no me costó mucho hacerle soltar unos cuantos...
Pero no todo fue violencia y extorisón. También compré un cazamariposas y estuve perfeccionando varias técnicas de caza.
Está claro que no todas eran buenas, pero en algunos casos me fue bastante bien.
En definitiva, fue una visita genial. Hubo caza, carreras, chistes... Pero la mejor parte fue cuando escuché a Wiz llamarle desde la playa...
Aunque fue divertido jugar con el señor borracho a la orilla de la playa, y aunque el misterioso sol que lucía MiAC a las 12 de la noche, ya era hora de volver a casa a descansar. ¡Mañana será otro día!