Mes y pico sin actualizar. ¿Razón? Ninguna, pereza.
Qué responsable soy.
El exterior
Lo primero que noté al despertarme fue que estaba en la posición más rara que podría existir.
Estaba en mi cama, en la torre de la Organización.
Salí de mi cama, y recordé lo que pasó ayer: ¡Había creado mi primer portal! Pero... no recuerdo lo que ocurrió después de transportarme a esta torre.
Dándole vueltas al tema bajé las escaleras y llegué a la sala circular.
Allí se encontraba Yuzu, la cual estaba sentada vulgarmente en un sofá cantando una canción muy extraña, posiblemente satánica. Cantaba demasiado alto, así que todos los que pasaban cerca la miraban con expresión asesina.
Me acerqué a saludar.
- ¡Zexión! ¿Preparado para tu segunda misión?
- Supongo...
- Es la última que harás conmigo, a partir de mañana lo harás solo.
- Menos mal.
- ¡¿Cómo que "menos mal?! - Yuzu cerró el puño.
- Oye, ¿qué pasó ayer?
- ¿Ayer?... ¡Ah! Te quedaste inconsciente cuando llegaste aquí y te llevé a la cama. No te preocupes - Añadió Yuzu, al ver mi expresión preocupada.- A mi me pasó también la primera vez.
- Bueno, ¿de qué va la misión de hoy? - Dije, cambiando de tema.
- Akumas, como siempre. Eliminarlos, ya sabes.
Hubo un corto silencio. Me acerqué a una de las grandes ventanas de la habitación, en las cuales se veía el exterior, aunque no era más que una especie de cielo totalmente negro.
- Oye... ¿qué hay fuera? - Pregunté.
Yuzu se levantó y se puso a mi lado, mirando también por la ventana.
- Nunca he salido. Ni siquiera sé si fuera hay algo.
- Algo tiene que haber, ¿dónde están si no los pueblos esos a los que vamos?
- No lo sé. En varias misiones, si me sobraba tiempo, siempre intentaba salir de un pueblo a ver que había. Pero no encontraba la forma de salir, me perdía y no sé cómo volvía a lugares conocidos. Eso es cuando me alejaba mucho.
- Sigo insistiendo, es demasiado sospechoso, es muy... extraño.
- Lo sé. Pero, ¿qué podemos hacer?
No dije nada, Yuzu continúo.
- Soy muy curiosa, acumulé varios datos. En los pueblos, en las partes muy alejadas, en las cuales ya me perdía y, de algún modo, volvía a un lugar conocido, no había casas ni gente.
- ¿Y qué había?
- Eran calles, pero las paredes eran como muros, no había nada.
- Demasiado sospechoso.
- Un día me quedé fuera a la hora de dormir, a propósito. Y me dediqué a investigar una salida, creo que la encontré, de alguna manera. Por intuición, deducí por dónde se salía. Pero adivina qué: X apareció y me dijo que, si me volvía a pillar fuera de la hora de dormir, me eliminaría.
- ¿Sólo por eso se puso así?
- Sí. Este tema es serio, Zexión, así que resígnate a cumplir misiones. Varias personas ya metieron demasiado las narices y fueron eliminadas.
Yuzu no dijo nada más y creó un portal en la pared, por el cual desapareció. Tragué saliva, y me dispuse a entrar por el portal de Yuzu.
Aparecí en el pueblo rural de ayer. Yuzu estaba cerca de mí, mirando por los alrededores.
- Aquí no hay Akumas, ¡vámonos! - Me agarró por el brazo y tiró de mí.
- Oye, para. ¿Dónde se supone que están los akumas liándola?
- Eso es lo que quiero saber, Sherlock. La cuestión es mirar, este sitio es pequeño, así que es fácil.
Llegué a la zona donde estaba la cueva por la que fuimos ayer, y seguí adelante, tirado por Yuzu.
Cruzamos varias calles, y llegamos a una calle en cuyo centro estaba un pequeño portal de Akumas con forma espiral, parecida a una galaxia. De ella salían decenas de Akumas pequeños en poco tiempo.
- ¿Esto también hay que cruzarlo?
- No. Estos portales sólo los usan los bichitos estos, así que es imposible que podamos pasar.
- ¿Lo podemos destruír?
- Sí, pero tenemos que eliminar todos estos. Ya podemos ir empezando.
Invoqué los dos abanicos y los aumenté de tamaño. Afilé la hoja de estos y las hice de diamante.
- Deberías poner en práctica más transformaciones, las hay mil veces mejores. Aunque no sé yo si tu cerebro es suficiente como para hacerlas.
- ¿Me estás insultando?
- Oh, enhorabuena. - Yuzu sonrió malévolamente.
Me giré hacia Yuzu, dispuesto a atacarla.
- Yo que tú no, te puedo dejar en el suelo en tres segundos. - Volvió a sonreír.
- Tienes razón, pero al menos yo soy alto.
- Te has pasado. Al decir eso, ¡es como si me hubieses declarado la guerra! - Yuzu invocó sus dos tonfas y las hizo unas tres veces más grandes y les sacó enormes pinchos.
- Un momento, ¿qué hacemos peleando? ¿No tendríamos que cargarnos a estos Akumas?
- Es verdad. Después ya te disecciono. - Yuzu empezó a matar Akumas con sus dos tonfas. Yo hice lo mismo.
Tras derrotar a la masa, Yuzu se dirigió al portal. Justo en ese momento salieron dos más, que eliminó en medio segundo.
Yuzu juntó sus dos tonfas en una mucho más grande, y juntó los pinchos de las tonfas para hacer hojas metálicas circulares alrededor de la tonfa. La chica metió casi toda la tonfa dentro del portal, y la tonfa empezó a girar sus hojas a una velocidad alarmante. El color del portal pasó a ser negro, y se hizo pequeño hasta que, finalmente, desapareció.
- Eso no tiene sentido. - Intervení.- ¿Cómo se puede eliminar un portal de esa manera?
- Los portales, si no hay nada saliendo o entrando mediante ellos, se vuelven vulnerables, y con dañarlo colocando tu arma dentro de él, es más que suficiente. También ocurre con los nuestros.
- Sigue sin tener sentido.
- Esta misión da pena. Qué recuerdos, cuando empecé también me mandaban estas misiones facilísimas. Disfruta mientras las tengas.
- ¿Ya está? La misión anterior fue mucho más difícil.
- No se sabía lo difícil que podría ser la de ayer, asumieron que el problema que provenía de la cueva era mucho menor, y por eso te la mandaron.
- ¿Y a partir de ahora tendré misiones como las de hoy?
- Sí, parecidas. ¡Ah, echo de menos tener estas misiones!
- ¡Pero en estas dos misiones que tuve no hice nada, la anterior la hizo Cexo y esta la has hecho tú!
- Mejor para tí, ¿de qué te preocupas?
- De que así no mejoraré.
- Bah, ya harás tú las misiones a partir de mañana.
- En fin... Oye, Yuzu.
- ¿Sí?
- Ha sido una misión rápida, nos sobra tiempo, ¿no?
- Sí, nos sobra bastante tiempo... no, espera, ¡Zexión!
Yo ya estaba corriendo por el final de la calle, lejos de Yuzu. La oí decirme un par de insultos que preferí no escuchar.
Corría detrás de mí, pero estaba lo suficientemente alejada como para poder perderla cruzando algunas calles.
Pasadas unas calles, ya afirmé que Yuzu me perdió, y seguí corriendo fijamente.
Las calles por las que pasaba cada vez eran menos detalladas. Las de antes tenían muchas viviendas muy decoradas, con plantas y otras cosas. Pero por las que pasaba ahora tenían muchas menos viviendas, más simples, sin detalles.
A medida que avanzaba, iban desapareciendo las viviendas, hasta que no quedó ninguna. Como dijo Yuzu, eran calles de muros. No había nada más.
Llegué a una bifurcación enorme. Todas las salidas llevaban a calles iguales, de muros. Fui a una al azar, y me llevó a una bifurcación muy parecida, y elegí otra calle al azar. Seguí corriendo mediante esta, y volví a ver casas y otro tipo de detalles. Pero estaba en la calle que conectaba con la cueva, por la que fuimos ayer.
Jadeé. Estaba cansado de correr. Me senté en el suelo a descansar.
Minutos después, alguien me pisó la cabeza. Me giré: Efectivamente, Yuzu.
- ¡¿Eres idiota, Zexión?! ¡X sabe lo que acabas de hacer! ¡Cuando yo lo hice, me regañó! Se me olvidó decírtelo, ¡pero es igual! ¡Conmigo ha soportado bastante, hice lo que acabas de hacer e intenté salir de la organización! Me dijo que a la próxima no será tan tolerante. No creo que te elimine, pero...
Enmudecí. ¿X sabía lo que acababa de hacer?
- Mira, cuando intenté salir de la organización estaba en una época en la que era muy efectiva y trabajadora, así que me cogió cariño, y también sabía que intenté salir por curiosidad, no para abandonar la organización. Pero si no hubiese estado en una situación similar a la tuya, lo más probable es que me hubiese eliminado. Y eres sólo un nuevo que por el momento no ha hecho gran cosa, ¿te crees que le importará eliminarte?
Asimilaba todo lo que decía con rapidez y temor.
- Pe... pero... ¿me eliminará?
- No, te dará una buena bronca, como mucho.
- ¿Entonces para qué me asustas?
- ¡Que a la próxima, seguramente te elimine! Bien te dije que no metieras las narices, no vuelvas a hacerlo.
- Vale, vale, lo siento... pero espera, ¿él nos está escuchando ahora? Como también se dió cuenta de lo que acabo de hacer...
- No, según parece no escucha nuestras conversaciones, si lo hiciese una buena parte de la organización hubiese sido eliminada. Pero de algún modo se entera de estas cosas. Mira, no le des más vueltas al tema. Yo tuve suerte y pude pasarme de la raya sin que me eliminase, pero una vez fui bien advertida, lo dejé. Lo mejor es dejarlo, da igual si esto es sospechoso o no, si quieres vivir, te tienes que resignar a esta vida.
- Está bien, dejemos este tema y nunca volvamos a tocarlo. - Finalicé la conversación.
Repetí el mismo proceso de ayer, y volví a crear un portal para volver a la torre de la organización. Fui tragado por las sombras, y noté que, otra vez, perdía la conciencia.