Como la gente leyendo rebosa, pues empezaré a inventarme personajes sobre por aquí, si no la historia queda vacía.
Y gracias por leer a los pocos que lo hacen xD
Artyom
Tras el ataque de Artyom, se le cayó la capucha de la sudadera, y pude apreciar más su aspecto.
Era más jóven de lo que me pudiera haber imaginado. De hecho, tendría una edad poco superior a la mía.
Era una media cabeza más alta que yo, y tenía un pelo castaño muy oscuro, que jugaba con sus ojos.
Pero se volvió a colocar la capucha.
Ángel tosía.
- ¿Estás bien? - Yuzu se acercó corriendo.
- Su...pongo... - Tosió.- No se lo que hizo, pero... tomó mi as...pecto y no pude moverme
- Ángel... - Intervení.
- ¿Sí?
- ¿Qué tal la misión de ayer?
- Sabes que soy yo, capullo... - Rió.
- Buen trabajo, Artyom. - Ladró X con su vocecilla irritante de mandón.
"Pero si la culpa es tuya, tienes el sentido de la seguridad donde atrás", me gustaría haber dicho.
Artyom no dijo nada, y desapareció en un portal.
- Te diría que hoy no hicieses la misión por el ataque que recibiste, pero como siempre te escabulles, pues la haces, ¡y que yo me entere! - Dijo X. - Ahora, ¡seguid con lo vuestro!
Que le den, y me fuí al tablón de misiones.
Pueblo A. Invasión Akuma de bajo nivel.
Bajo dijo cuando apareció el rubiales.
- Esta vez no te escabulles. - Le dije a Ángel que era observado por X firmemente, mientras observaba su trabajo. - Te toca también en el pueblo A...
- Sí, hagámosla juntos.
- Eso es porque quieres hacer lo menos posible...
Habíamos llegado al pueblo, en un portal.
- ¿Qué tienes? - Dije.
- Matar a un Akuma de los bichos esos grandes. ¿Tú?
- Invasión akuma de bajo nivel... seguramente sea traida por el bicho grande, y misión múltiple.
- En ese caso primero vamos al grande para que no genere más, y nos cargamos después los pequeños.
- ¿Y donde está?
- Te crees que lo sé...
- ¿No es Artyom aquel? - Señalé hacia atrás.
Artyom estaba sentado en el suelo, observando el infinito.
- No puede ser.
- Pues ahí está.
- Ese debería estar en una misión grande, con Akumas humanos rodeándole, y metiéndoles a todos ellos cadenas en la cabeza, y todo ese rollo.
- Pero está ahí.
- La verdad es que me siento mal por no darle las gracias por haberme salvado, así que se las daré.
- Está bien, vamos.
Nos acercamos a él, ni siquiera nos miró.
- Hola. - Dijo Ángel.
- Hola. - Dijo.
- Esto... ¿qué haces aquí?
- No tengo misión, y este sitio me da nostalgia.
- Bueno... me gustaría darte las gracias por salvarme antes del Akuma.
- No hay de qué.
- Y... ¿sabrías por dónde está un Akuma grande? Necesitamos matarlo. - Intervení.
- Creo que lo oí cerca, atrás... ¿queréis que lo mate?
- Hmm... no creo que suponga problema... creo...
- Por si acaso, estaré aquí.
- Casi que deberías haberle dicho que sí. - Decía Ángel mientras corríamos hacia una dirección por la cual se notaba presencia.
- No me gusta causar molestias... por aquí... - Me desvié.
Tras una caminata, llegamos. Mediría unos cuatro metros, tenía forma de rata, pero era totalmente rojo, y unos negros ojos destacaban.
- ¿Sólo esto? Bah... es tan débil que hasta tu puedes... vamos, Zexión.
- Que te den, encima que nunca haces nada...
- Argh... qué pesado.
Ángel sacó garras y dió un ligero salto. Puso sus brazos en cruz, y, delante de la cara del Akuma, los abrió y le produjo profundos golpes. Acto seguido volvió sus garras más gruesas, pero puntiagudas, y sin descanso atacaba al Akuma.
- ¡Eh, habíamos quedado en hacer la misión juntos!
Suspiré e invoqué los abanicos, los hice más grandes y me dispuse a cortarlo también.
Poco después, Ángel le dió un golpe crítico en el cuello, y se disolvió en un humo rojo.
- Ya está, ahora a por los pequeños. - Dije.
- ¿Dónde están?
- No deben de andar lejos... mira, allí hay un portal rojo.
Nos acercamos a este, no salía nada.
- Traeme un té mientras espero... - Dije sarcásticamente.
- ¿No será una trampa?
- ¿Otra?
- ¿Es que acaso te hicieron una antes?
Un resplandor nos rodeó, seguramente paredes invisibles.
- Tu lo dijiste, hermoso.
- Mira alrededor. - Dijo Ángel cuidadosamente.
Lo hice, pero no había nadie.
- Pues o está escondido o está actuando dentro de ese portal rojo. - Ángel señaló el pequeño portal por el cual deberían salir Akumas. - ¿Nos la jugamos?
- ¿Qué nos jugamos?
- Me lo tomaré como un sí, ¡vamos a entrar, Zexión!
- Que te den...
Ángel metió sus garras dentro del portal. Una fuerza lo empujaba hacia dentro.
- ¡Ayúdame, Zexión! ¡Empújame hacia atrás!
Lo hice. La potencia que atraía desde el agujero era muy fuerte.
Ángel separó las garras para "abrir" el agujero de los Akuma. Estuvimos lo que a mi me pareció mucho tiempo, aunque finalmente parece que hizo algo.
El agujero aumentó, y se volvió de un color negro.
- ¡Rápido! - Se alarmó Ángel.
- ¿El qué?
Ángel entró dentro del agujero, y me agarró de la pierna. Como pude, también entré.
Llegamos a una habitación roja chillona, muy iluminada. Así que no pude apreciar bien los detalles.
- ¡Argh!
Después del grito, noté el sonido de algo lanzándose contra mí. Intenté ver, a pesar de toda la luz, pero estaba delante de mis ojos.
Acto seguido, desapareció, y volvió a la mano derecha de la silueta que lo había lanzado.
- Pensaba que eras Akuma.
Esa voz grave y seca era de Cexo.
- ¿Qué haces aquí?
- Sospeché que era una trampa, supongo que al igual que vosotros.
- ¿También te mandaron una misión en PuebloA?
Miré a mi alrededor, a ver si veía a Ángel. Estaba a mi derecha, sentado en el suelo.
- Sí. - Contestó Cexo.
- Ángel, ¿estás bien?
- Un poco... - Dijo este con voz cansada. - Algo me apretó la cintura muy fuertemente al pasar... aún me duele...
- ¿Qué te apretó?
- No lo sé...
- Entonces a lo mejor hay alguien aquí.
- Puede ser, también puede ser que alguien haya salido al exterior. Vaya, que los cruzó a la vez que nosotros, pero hacia el otro lado...
- ¿Qué te mandaron hacer, Cexo? - Pregunté.
- Investigar. Notaron presencia Akuma peligrosa...
- Y viene a ser la invasión. Todas las misiones están relacionadas. X debe de tener pocas luces como para mandarnos a los tres a lo mismo.
- No insultes a X... - Dijo Cexo.
- ¿Por qué?
- Es nuestro jefe...
- Bah, como si es mi madre. - Miré hacia atrás, hacia el portal. Había vuelto a ser pequeño. - ¿Volvemos a pasar?
- Ya es difícil. - Respondió Ángel. - Y a lo mejor hay un Akuma aquí.
- Ángel, ¿qué tal la misión de ayer? - Pregunté.
- ¿Eres idiota?
- A lo mejor en el momento de pasar un Akuma hizo algo con alguno de nosotros...
- Bien pensado, pero ese Akuma ya la palmó.
- A lo mejor hay otros con poderes similares.
- ¿Y si es Cexo?
- Cexo, ¿qué tal la misión de ayer?
- Yo si hago misiones. - Se limitó a contestar él.
- Vale, pongámonos serios. - Dijo Ángel. - Estamos dentro del edificio de los Akumas, aunque como los agujeros son poco seguros, esta sala esta hecha para que no podamos acceder más allá de su edificación... aunque tal vez podamos, de algún modo...
- Entrar en el edificio de los Akuma son misiones para rango S, no creo que podamos...
- Yo casi estoy en el rango S, así que... - Dijo Ángel.
- Estás en el B...
- Pero porque no hago misiones, si no...
- Cexo, ¿a qué rango perteneces? - Pregunté.
- Al A.
- Hmm... no se si podríamos hacer gran cosa...
- Pero... - Dijo Ángel. - Es difícil volver.
- Tendremos que acabar volviendo, aunque demos rodeos por aquí. Una pregunta algo tonta... ¿podemos volver haciendo un portal?
- No, no... si no entraríamos y saldríamos de la edificación de los Akuma cuando quisiéramos, y ellos igual.
- ¿Y qué podemos hacer para salir?
- Podría hacerlo, trabajando sobre el portal, pero me llevaría tiempo... - Dijo Ángel. - Mientras podríais dar un rodeo.
- Lo difícil es salir de esta habitación... está totalmente cerrada, menos ese vidrio azul. - Señalé a la otra pared, que tenía un largo vidrio de color rojo por el cual salía casi toda la luz, era muy grueso. - Pero debe de ser imposible de romper.
- Ese vidrio lo pueden cruzar los Akuma, así es como entran y salen. - Dijo Cexo lentamente. - Nosotros podemos, pero es demasiado difícil, y ninguno de nosotros puede hacerlo.
- ¿Y quién puede? - Preguntó Ángel.
- Lex, Artyom... X, por supuesto. Y a lo mejor algún otro de clase SS.
- ¿Más o menos en qué consiste?
- No me enteré bien de lo que hizo Lex... una vez me encerraron aquí, en mis primeros días. Lex me salvó, y, como tenía una misión aquí, lo cruzó... Después me dijo que Artyom también sabía hacerlo. Y, bueno, es obvio que X también podrá.
- Lex era... el tipo más fuerte de la organización junto a Artyom, ¿no? - Pregunté.
- Sí. - Respondió Ángel. - Son los únicos X temidos por los Akuma. Dejemos la cháchara: No podemos hacer nada, así que intentaré abrir el portal.
Ángel se puso a hacer cosas con el portal, como forcejearlo o cruzarlo con el brazo lentamente. Me dediqué a esperar.
Y a esperar.
- ¡KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
- ¿QUÉ COÑO ES ESO? - Gritó Ángel.
- ¿Qué? - Me asusté.
Ángel saltó hacia atrás y se alejó del portal, algo viscoso salía de él. Saqué los abanicos rápidamente.